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23 de marzo de 2012

Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 71-80)

Sigo con el listado de los mejores proverbios de Viaje al Oeste, ocupandonos esta vez de los capítulos 71 a 80.
De paso, he encontrado una página web donde hay bastante información sobre el libro y en una sección de la web hay resumenes en inglés de cada uno de los 100 capítulos junto con 200 maravillosas ilustraciones de Chen Huiguan, de las cuales me he servido para ilustrar esta entrada.
Esta vez sí ha habido un gran número de proverbios por lo que han sido 13 los escogidos.


Las dificultades del camino

Con el fin de entrevistarse con Buda en el Paraiso Occidental, Tripitaka se ve obligado a atravesar miles de montañas e inabarcables ríos, aunque gracias a Buda cuenta con la ayuda de unos poderosísimos discípulos.

Alguien podría preguntarse: Si sus discípulos son tan poderosos y son capaces de viajar miles de kilómetros con un leve movimiento del cuerpo, ¿por qué no se llevan volando al maestro hasta el Paraiso Occidental?
El motivo es que Tripitaka debe pasar por un número de penalidades y pruebas a lo largo del camino para ser merecedor de tal privilegio, al igual que sus discípulos que tienen acumular méritos para redimir sus pecados.
Existe otro motivo, como dice el Peregrino en una ocasión: «Intenta mover el monte Tai y descubrirás que es tan liviano como una semilla de mostaza. Trata, sin embargo, de llevar sobre tus espaldas a un mortal y verás que no puedes moverte del sitio». Aunque esta imposibilidad no parece ser del todo cierta en muchos momentos de la aventura, tal vez se refiera en realidad al motivo mencionado anteriormente.

Pero las dificultades no suelen estar en el camino en sí mismo, si no en la cantidad de monstruos que les impiden seguir con tranquilidad; como muy bien dice el proverbio, «no hay cumbre sin monstruo ni cima en la que no habite un demonio». Y es que además estos monstruos se ven atraidos por la presencia del maestro Tripitaka, pues es conocido que quien pruebe un solo trocito de su carne verá ampliada enormemente su vida, al haber sido un hombre tan puro en sus últimas reencarnaciones.


Incontables veces el maestro Tripitaka se deja llevar por la ingenuidad; es engañado por estos monstruos y encerrado en sus cavernas, siendo colgado o atado durante varios días con la incertidumbre de saber si sus discípulos lograrán localizarle y liberarle o no.

Los monstruos a los que deben enfrentarse son bastante poderosos, tanto que a veces incluso el Rey de los Monos se ve incapaz de derrotarlos, ya sea porque tienen algún poder especial infranqueable, algún artilugio mágico o simplemente porque acaban huyendo y refugiándose en sus dominios.
Estos monstruos suelen poseer armas igualmente poderosas, que muchas veces son objetos que han robado de los Cielos. Además, todos estos monstruos suelen contar con montones de diablillos que les sirven y que también pueden ser de gran valía en la batalla por su gran número.
La naturaleza de los monstruos es variada, algunos son seres inmortales que se han desviado del buen camino, otros son simples animales que han descubierto el secreto de la inmortalidad y otros son animales o seres que habitaban en los Cielos que en un descuido se han escapado y han bajado a la Tierra.

Y no solo hay monstruos que intentan deborar al monje Tang, de vez en cuando también hay monstruos hembra que lo que buscan es acostarse con él y recibir el Yang que durante tantas reencarnaciones ha acumulado el maestro Tang.


Los mejores dichos, proverbios y frases de Viaje al Oeste (capítulos 71-80)

Los peregrinos siguen haciendo frente a incontables peligros en su camino al Oeste, cada vez más cerca de su meta.
Marco en negrita los proverbios que más me han gustado.


Lo malo es que, aunque acabara con ellas en un abrir y cerrar de ojos, mi fama se vería seriamente afectada. Como muy bien afirma el proverbio, «ningún hombre que se precie lucha jamás contra una mujer». Un tipo como yo haría el ridículo aplastando a unas cuantas de estas putillas. (pag.1610)

Tú eres un hombre que ha renunciado a la familia, mientras que nosotras somos mujeres que no hemos hecho semejante locura. ¿Cómo puedes bañarte con nosotras, si hasta los libros antiguos afirman que a partir de los siete años un hombre y una mujer no pueden sentarse en la misma estera? (pag.1612)

El proverbio lo dice con toda claridad: «Quien ha sido engañado una vez por un hombre de lengua dulce no puede volver a creer en quien emplea un lenguaje florido». Lo siento mucho, pero voy a acabar con todas vosotras de un plumazo. (pag.1613)


Como muy bien afirmaban los antiguos, «quien se encuentra en su casa no es pobre, solamente lo es quien se halla de camino». ¿Cómo podéis afirmar que carecéis de lo necesario, viviendo, como vivís, en un palacio como éste? Únicamente los que dependemos de la limosna somos realmente pobres. (pag.1627)

Como muy bien afirma el proverbio, «lo bueno no lo conoce nadie, mientras que la fama de lo malo alcanza los cinco mil kilómetros». Estoy seguro de que no sabéis que me he arrepentido de todo cuanto hice y he aceptado la fe budista. (pag.1637)

Eso es precisamente lo que le ha movido a hacer un pacto de hermandad con los otros dos, pues para nadie es un secreto que lo que uno no consigue, muy bien pueden alcanzarlo tres. (pag.1661)

-Por muy pocos poderes que tengas, eres una persona como yo y eso me basta -replicó el Peregrino-. Como muy bien suele decirse, hasta los pedos son aire. Por lo menos puedes darme ánimos, ¿no? (pag.1676)

-Como muy bien afirma el proverbio -contestó el tercer demonio-, «los valientes no se esconden y, así, su fama llega hasta el último rincón de la tierra». Tú, por el contrario, te has escondido en el estómago de una persona y te niegas a pelear contra mí. (pag.1691)

Éste comprendió en seguida que la situación se hacía insostenible por momentos y que no iba a poder resistir el ataque de los tres monstruos. Como suele decirse, por muy fuerte que sea una mano, no puede resistir a dos puños, ni éstos a cuatro brazos. (pag.1713)

Se confirmó, así, que las escrituras sólo pueden ser conseguidas por personas virtuosas, ya que las mentes ligeras y las voluntades débiles jamás llevan a buen término lo que inician. (pag.1732)

No estéis tan triste, por favor. Recordad lo que afirma el dicho: «Cuando el soberano determina que alguien muera y éste se resiste a hacerlo, se comporta con una deslealtad absoluta». (pag.1739)

¿A qué viene sentarse a meditar durante horas y horas? ¡Eso no es más que un sinsentido, una práctica tan hueca como los ojos de un ciego! Como muy bien afirma el proverbio, «quédate mucho tiempo sentado y se te partirá el culo». (pag.1747)

-Porque -respondió el Peregrino conteniendo a duras penas la risa-, cuando os sonría la fortuna, vuestros amigos os colmarán de alabanzas, mientras que una dama se ocupará de consolados, cuando todos os vuelvan la espalda. (pag.1783)



Quien desee conocer la selección de mejores proverbios de los capítulos 81 a 90 deberá, por tanto, leer con atención el texto que se ofrece en la próxima entrada.


Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 1-10)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 11-20)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 21-30)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 31-40)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 41-50)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 51-60)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 61-70)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 71-80)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 81-90)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 91-100)

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